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Seguridad energética en la transición energética

Por Claudia Mora U.
2 de agosto de 2023 | Publicado en Revista Business Mail AmCham.

El mundo está enfocado en la “transición energética” y la sostenibilidad de sus matrices energéticas, con el objetivo de que estás provengan en el mayor porcentaje de recursos renovables, los cuales generan un menor impacto al medio ambiente. Pero la transición a una economía renovable no es fácil ni rápida y requiere una planificación cuidadosa con respecto a las inversiones significativas en infraestructura y tecnologías de energía limpia. Para esto, el plan del Gobierno Nacional debe garantizar que el funcionamiento actual y la seguridad energética, no se vean afectados y mucho menos deteriorados; asegurando el abastecimiento de energía y las condiciones sociales adecuadas.

Países como Alemania, enfocados 100% en disminuir las emisiones de gases efecto invernadero, establecieron metas retadoras de reducción de emisiones de CO2 en un 80% para 2050, así como el cierre de 20 plantas de energía nuclear que sustentaban su red de suministro de energía, por los potenciales riesgos ambientales. Sin embargo, con el cierre de dichas plantas, tuvieron que contar con un suministro de energía de respaldo con gas proveniente de Rusia, que debido a la guerra los llevó a importar (GNL) de Estados Unidos y Catar, aumentando la dependencia de los combustibles fósiles, que producen mayores emisiones que la energía nuclear; y llegando al nivel de reactivar viejas centrales de carbón para garantizar la seguridad en el suministro eléctrico.  Estas medidas de compensación y urgencia, generaron un retroceso con mayor emisión de gases de efecto invernadero de lo esperado, afectando sus metas al 2050.

Por otra parte, Argentina, que había perdido su autosuficiencia energética, le apuesta nuevamente a la autosuficiencia energética tras inagurar recientemente el Gasoducto Néstor Kirchner de Vaca Muerta, con el cual lograrían una balanza energética positiva, eliminando la importación de gas de Bolivia; y generando un impacto fiscal y económico importante ante la crisis económica actual.

La transición energética, por tanto, implica un compromiso con la seguridad energética, pues son términos complementarios, que deben desarrollarse conjuntamente para enfrentar los desafíos que, en términos de estabilidad y confianza en el suministro de energía, puedan presentarse cuando la demanda de energía supera la capacidad de producción de fuentes renovables. Así, el plan del gobierno colombiano debe ser estable, con acuerdos sociales sólidos y con suministro real y efectivo de energía, buscando un equilibrio entre las fuentes de energía renovable y de respaldo, como el gas natural y los combustibles fósiles, que permitan enfrentar estos procesos de transición, sin incurrir en situaciones extremas que podrían llevarnos a un retroceso en nuestras metas.

Por su parte, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) muestra un enfoque dirigido a  hacer más eficientes las operaciones en los contratos actuales, contribuyendo a la seguridad energética nacional, en un momento en el que no existe una postura definitiva, sobre la no asignación de nuevos contratos de exploración y producción.

Colombia cuenta con los recursos e infraestructura para continuar siendo autosostenible energéticamente. Con relación al gas, somos ejemplo en Latinoamérica debido a la infraestructura en el suministro de gas domiciliario, su cubrimiento nacional, y su bajo costo generan un amplio beneficio social. Adicionalmente, el gas tiene un potencial relevante para una transición segura, ya que es considerado como el combustible fósil verde de transición, debido a que genera menos gases efecto invernadero y contaminantes del aire, lo cual nos permitiría lograr los objetivos de descarbonización sin descuidar el suministro energético.

Así las cosas; la transición energética es el camino correcto, siempre y cuando se enmarque en una política que cuide el balance entre seguridad energética, y sostenibilidad del medio ambiente; sin afectar las condiciones energéticas de autoabastecimiento actuales, que son las que permiten desarrollar e invertir en los proyectos limpios que el país requiere y mantener la economía nacional.

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